Día 30/07/2014 - 14.07h
La imposición de cánones de belleza irreales
y un concepto de la salud y bienestar centrado únicamente en lograr una
talla (pequeña) han dado lugar a los 'falsos delgados'.
Todo el desbarajuste que rige en relación a la conducta
alimentaria, la presión social para mantenerse eternamente joven y
delgado, la imposición de cánones de belleza irreales y un concepto de
la salud y bienestar centrado únicamente en lograr una talla (pequeña)
han dado lugar a los 'falsos delgados' o TOFI; Thin outside fat inside,
sus siglas en inglés.
«Se trata de gente que tiene un peso normal o incluso
bastante delgada que sin embargo presenta analíticas y valores clínicos
absolutamente desastrosos, así como un riesgo cardiovascular
elevadísimo», explica Ana Isabel Gutiérrez.
El problema es que estos falsos delgados son muy difíciles
de identificar, ya que sus niveles altos de colesterol y triglicéridos,
su hipertensión, su grasa visceral o su resistencia a la insulina no se
ven; muy al contrario, lucen una imagen saludable simplemente porque no
tienen kilos de más.
Los especialistas opinan que el ‘quid’ de la cuestión es el
«caos alimentario» reinante, demás de la pérdida de hábitos de vida
saludable. «Actualmente, lo que entendemos como cuidarse conlleva estar
constantemente a dieta, mantenerse delgado a toda costa y sin esfuerzo
aunque para ello haya que recurrir a métodos surrealistas y llevar una
vida que es de todo menos saludable; el cóctel es explosivo», explica la
psicóloga. ¿Y la solución?
Como casi siempre, la clave reside en la educación. Los
expertos coinciden en que es necesario rebajar la presión sobre la
imagen, regular la publicidad y llevar a cabo un replanteamiento total
de lo que verdaderamente es estar sano y cómo conseguirlo
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